el problema no es el CRM: es que tu proceso comercial no está definido.
si cada vendedor trabaja distinto, si las oportunidades no tienen dueño, si el pipeline cambia según quién lo mire y si marketing y ventas no hablan el mismo idioma, ningún CRM traerá orden ni crecimiento.
NOVAMAGNA diseña la estructura comercial que tu empresa no tiene:
un sistema que estandariza el seguimiento, alinea datos y equipos, elimina la improvisación y convierte cada oportunidad en un recorrido claro y medible.
un proceso que se cumple. un pipeline que se entiende. un sistema comercial que no depende de
cuando esto ocurre, ningún CRM ordenará tus ventas, ni acelerará cierres, ni evitará fugas de oportunidades. solo hará más visible el caos que ya existía.
NOVAMAGNA interviene donde los CRM no llegan: definimos el proceso comercial, estandarizamos el seguimiento, unificamos datos y diseñamos el sistema que convierte tu CRM en una herramienta estable, trazable y predecible. sin improvisación. sin silos. sin depender de personas clave.
diseñamos y desplegamos la estructura comercial que tu empresa necesita para que un CRM funcione de verdad: un proceso claro, un pipeline trazable, datos coherentes y un sistema que convierte cada oportunidad en un recorrido medible, predecible y sin improvisaciones.
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Analizamos cómo se generan y gestionan las oportunidades, qué información falta, dónde se pierden leads, cómo trabaja cada vendedor y qué frena el avance del pipeline. Identificamos incoherencias, duplicidades y puntos críticos que impedirían que un CRM funcione.
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Definimos cómo debe operar el equipo: etapas claras, criterios de avance, responsabilidades, tiempos de respuesta y reglas de seguimiento. Aquí eliminamos la improvisación y establecemos un proceso único y predecible.
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Configuramos el CRM para reflejar el proceso: pipelines, automatizaciones, validaciones, integraciones y reporting. Convertimos el CRM en el centro operativo del sistema comercial, no en una herramienta suelta.
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Durante 3–6 meses monitorizamos, ajustamos y corregimos desviaciones del equipo. Refinamos automatizaciones, mejoramos métricas y consolidamos un sistema comercial estable, trazable y sin dependencia de personas clave.
un CRM no ordena tus ventas. es tu proceso el que hace que el CRM funcione.
Si tu estructura comercial es frágil, ningún software arreglará el caos: solo lo hará visible.
CRM
La mayoría de problemas comerciales no empiezan en el CRM: empiezan antes.
Empiezan cuando cada área trabaja con datos diferentes, cuando las oportunidades avanzan sin criterios claros o cuando el seguimiento depende de la memoria de cada vendedor. Ahí es donde el desorden se instala, crece y termina afectando los ingresos.
Un CRM no arregla esa desconexión. Al contrario: la amplifica.
Si no existe un proceso definido, el CRM se llena de información incompleta, pipelines deformados y previsiones que no reflejan la realidad. La empresa toma decisiones basadas en intuiciones y no en hechos.
Y mientras tanto, el coste invisible aumenta:
oportunidades que no se atienden a tiempo, leads que se pierden sin que nadie lo note, ciclos de venta que se alargan y equipos que trabajan sin una dirección común. No es un problema técnico; es un problema estructural.
desorden comercial
Sin un proceso único, cada vendedor usa su propio método. El pipeline se fragmenta, la información se pierde y la empresa nunca sabe qué está en negociación de verdad. No existe una visión global y los esfuerzos comerciales se dispersan sin impacto real.
pérdida de oportunidades
Sin CRM estructurado, nadie sabe qué leads están activos, cuáles están fríos o quién debe actuar. Las oportunidades se enfrían, se duplican o mueren sin seguimiento. No hay trazabilidad, no hay control y el equipo reacciona siempre tarde.
previsiones incumplidas
Cuando los datos no son coherentes, cualquier forecast es un juego de adivinación. La dirección toma decisiones con información incompleta, el crecimiento se vuelve impredecible y la empresa opera “a ciegas”, sin capacidad de anticipar ni planificar con rigor.
el valor no está en el CRM. está en el sistema que hace que funcione.
Diseñamos la estructura comercial que alinea personas, procesos y datos para que el CRM no se convierta en un repositorio vacío, sino en una ventaja competitiva real.
implantar un CRM no es mover columnas ni activar automatizaciones: es crear un proceso comercial que siempre sabe dónde está cada oportunidad, quién es responsable, qué toca hacer y qué valor aporta.
eso es lo que hacemos: convertimos tu CRM en el sistema que ordena, guía y escala tus ventas.
La mayoría de CRM fallan porque se construyen sobre un proceso inexistente. Nosotros empezamos al revés: definimos cómo debe funcionar tu embudo, qué criterios clasifican un lead, qué etapas representan negocio real y qué actividades garantizan avance. Solo después lo llevamos al CRM. El CRM no es la herramienta: es la consecuencia del proceso.
Un CRM no aporta valor si marketing genera oportunidades que ventas no entiende, o si dirección interpreta el pipeline con criterios distintos.
Nuestro trabajo es unificar la definición de oportunidad, los criterios de avance, los momentos clave y la “versión única de la verdad” comercial.
Cuando todos hablan el mismo idioma, el CRM funciona.
Cuando no, se convierte en un registro muerto.
Un CRM útil no es el que guarda datos: es el que permite prever ingresos, anticipar riesgos y tomar decisiones basadas en evidencias.
Por eso estabilizamos tu sistema comercial durante meses: limpieza de datos, pipeline coherente, automatizaciones que evitan fugas y reporting que refleja la realidad, no la intuición.
Lo que entregamos no es software: es un sistema de ventas que no se rompe.
Si hoy tus oportunidades avanzan según la persona, si el pipeline cambia cada semana o si las previsiones nunca se cumplen, el problema no está en el CRM: está en cómo trabaja tu equipo, qué procesos existen y qué datos sostienen tus decisiones.
Nosotros diseñamos el sistema comercial que convierte el CRM en una ventaja real:
flujo claro, criterios unificados, tareas que no se olvidan y una dirección que ve exactamente lo que está ocurriendo.
Cuando hay proceso, el CRM escala tu negocio. Cuando no lo hay, lo oculta.